Mi tía Paloma

Paloma es una amiga de mis padres de esas “de toda la vida” o al menos de toda la mía, porque yo la recuerdo desde que nací. Bueno de cuando nací no me acuerdo, pero enseguida. La vida de Paloma es de esas vidas que cuando uno es pequeño es demasiado pequeño para escucharla y cuando uno es mayor se sigue siendo demasiado pequeño para entenderla. O algo así. Una mujer de ciudad que iba al campo. Pero sólo a veces. Tenía un coche rojo con la puerta del maletero de color negro y cuando Emilio Aragón cantaba eso de “…cuidado con Paloma que me han dicho que es de goma…” me imagina a esa mujer pequeña estirando las piernas hasta la altura de la cabeza de mi madre. Algunos domingos venía a comer a casa con sus hijos. Jorge, el mayor, fue con mi hermano a clase. Los Zipi y Zape de Villaverde versión querubines. Miguel, el pequeño, un año mayor que yo y algo más revoltoso. Con los años Paloma se ha convertido “La tía Paloma” o al menos así la llamamos en casa. Una sonrisa. Es lo que tiene ser amiga “de toda la vida” que pasan los años, 24 desde que yo la recuerdo, y cualquier día te llama para invitarte a comer, que quiere conocer a tu chico, que tienes que ver su nueva casa y las fotos de su viaje de novios. Es lo que tiene quererse.

Nos vemos el día 4. Con vino. Con D.F. Con las fotos de las vacaciones.

Perdón por la canción... pero no puedo poner otra....