martes, 24 de agosto de 2010

Día raro


Un día raro es cuando te despiertas por el sonido del teléfono y descubres que son las 10 de la noche, comes a las 17:30 de la tarde y en todo el día sólo sales de casa para comprar un melón que sabe a PE-PI-NO. Si además tu cuerpo está como si te hubieran pegado una paliza, y tu mente va a velocidad crucero... tampoco puedes hacer mucho por mejorar el día, entre otras cosas porque ya es de noche.

domingo, 22 de agosto de 2010

Rocky III, la mirada del tigre.


Ayer pusieron en la tele Rocky III. No he visto ni la uno ni la dos... Pero la tres es, entre otras cosas, de una profundidad filosófica asombrosa. Os dejo la banda sonora...
Hoy una foto curiosa.

martes, 17 de agosto de 2010

Melones a 1€

En la esquina de mi casa hay un gitano vendiendo melones. El gitano es rubio y más pálido que la nata, pero es gitano. Se pasa unas 4 horas todas las mañana vendiendo melones, sandías, tomates... Lo que haya para ese día. Tiene una báscula que funciona bien, no está trucada ni nada. Al gitano no le hace falta trucarla. Tu le dices ponme medio kilo de tomates y el mete en le bolsa kilo y medio, tres pimientos un melón, sabroso, sabroso que total si solo te voy a cobrar 3€ por todo y un par de cebollas del huerto de su cuñao. Y yo sólo quería medio kilo de tomates. Bueno es una forma de hablar, yo solo le he comprado una vez. Cerezas. Quería unas poquitas para después de comer y me calzó más de medio kilo. No he vuelto a comprarle. Ayer mismo le decía auna señora ¿De dónde vienes? De comprar en Ciudad Lineal, que he ido a ver a mi hermana y he aprovechado en hacer la compra. Vale me parece bien, pero me tienes enfadao, porque no me eres fiel. ¿Fiel? pero si he ido a ver a mi hermana. Ya, pero no me eres fiel, llevas un melón en esa bolsa y no me lo has comprado a mi.
Las sandías valen 2€. El gitano canta muy bien. Se pasa media mañana cantando y la otra mitad gritándole a las señoras que lleva una fruta estupenda. Otros días trae plantas. Llévate una planta, bonita. No! que el otro día me llevé una y está mustia. Eso es porque está triste y quiere que le lleves otra para que le haga compañía.
Se ha hecho amigo del chino del chino, le compra cerveza fría y cuando recoge el tenderete (cierra las puertas de la furgo) se asoma por la puerta y le dice al chino "yo ya terminal".

jueves, 12 de agosto de 2010

Teletienda


Me gustan los anuncios del Teletienda. Nunca me gastaría 90€ en una crema para adelgazar, ni me compraría un aparato de esos con los que te pones en forma sin esfuerzo... de esos que tienen nombres superdifíciles de decir "Ayer me llegó mi Slendershepper 500C4-9000" "Ah!¿y funciona?" "No lo sé, la intrucciones vienen en checo y no he sabido ponerlo en marcha".
Lo que más me gusta del teletienda no son sus productos, claramente perjudiciales para la salud o completamente inservibles, lo que más me gusta son los actores. ¡Son malísimos! Todos empiezan el anuncio con cara de asqueados, cansados y en blanco y negro, y lo terminan sonrientes, cómodos y en color. Es patético.
Me gusta sobre todo cuando hacen la típica escena en la que congen a una persona "cualquiera" y le dicen "Usted es demasiado bajo para salir con su novia, tan alta" Y el tío le dice "Tiene razón" y le dejan que pruebe las nuevas calzas supersecretasquendienotaráquehacrecido5cmenunanoche. Si esa misma escena ocurriera en España (
"Usted es demasiado bajo para salir con su novia, tan alta") el presentador se comería una hostia y seguramente después le robarían la cartera. Pero en lo anuncios del Teletienda no!
En los anuncios del teletienda, muy mal doblados en casi todas sus variantes, por cierto, puedes adelgazar 5kg en una semana, pintar el porche de tu casa en apenas unos minutos (para quien tenga porche), oir el zumbido de una abeja a 200 km, inflar y desinflar un colchón (que de lejos se ve es exáctamente igual que el que te venden en el Alcampo por la mitad de precio), cortar fruta y verdura como si normalmente cocinaras para una boda, desratizar tu casa en apenas unos minutos y todo por el increible precio que aparece en pantalla (curiosamente ningun producto baja de los 90€)
¡LLame ahora y recibirá un segundo
Slendershepper 500C4-9000 por el mismo precio!
¿Para qué quiero un segundo aparato si ni siquiera se como funciona el primero?

martes, 10 de agosto de 2010

Miedos...



Ayer mismo mi profe de inglés me confesó (en inglés) que no puede dormir a oscuras, ¿acaso duerme con los ojos abiertos?
Yo le tengo miedo a las pelis de miedo. Y algo de susto a los saltamontes gordos (o langostas).
Tengo miedo a perder un avión, pero no a montar en él.
Me da miedo levantarme por la mañana y descubrir que el bote del café está vacío.
Hay miedos ridículos... como el miedo al ridículo.
Antes me daban susto las cucarachas, las grandes color marrón. Últimamente las tolero más.
No me da miedo morirme, pero no quiero hacerlo. Ni que lo hagas.
Me dan miedo las montañas rusas.

sábado, 7 de agosto de 2010

Cine de Verano


El otro día fuimos al cine de verano que ponen en el Parque de la Bombilla, que no es lo mismo que el Parque de Oeste. Eso no lo sabíamos hasta unos minutos antes de que empezara la peli. Decidimos bajar andando hasta el Parque de la Bombilla (eran las 22:10 y todavía nos quedaban 20 minutos hasta que empezara el pase). Después de andar 5 min, hablar con varias personas y comprobar que apenas nos habíamos acercado a nuestro objetivo decidimos atajar cruzando el Parque del Oeste. Para los que no os habéis parado a pensarlo, el cine de verano se hace por la noche. Una vez atravesado el tramo de valla, cesped/árboles, valla volvimos a preguntar: sólo quedaba bajar una cuesta laaaaaaaaaarga, luego otra menos laaaarga, cruzar las vías del tren y ya. Ni de coña llegabamos a tiempo. Decidimos hacer el tramo que nos quedaba corriendo. Al encauzar la segunda cuesta nos encontramos un coche patrulla y la calle cortada. ¿Dónde estaba el paso de las vías? Como no teníamos tiempo cruzamos corriendo por delante de la policía, que estaba llamando al orden a unos señores, y al llegar al final de la calle tuvimos que volvernos para preguntarles por dónde podíamos cruzar las vías. El paso a nivel estaba muy bien escondido y daba un miedo considerable, de noche, cemento y chapón que sonaba al caminar, con recovecos por todos sitios. Además no se veía nada. Por fin encontramos el cine (al otro lado del puente) pero no la puerta de entrada. Un indigente muy amable nos indico cómo llegar a la puerta y a continuación nos pidió algo suelto... (no se sabía eso de haz el bien sin esperar nada a cambio). Cuando llegamos al cine vimos un cartel en la taquilla que decía A PARTIR DE AGOSTO LA PROYECCIÓN COMENZARÁ A LAS 22:00. Por suerte se habían retrasado y sólo llevaba unos minutos. Decidimos entrar, teníamos muchas ganas de verla película (Up in the air). Película que no ponían, nos habíamos confundido al mirar la cartelera. Áún así decidimos entrar (no nos quedaba aire para volver al coche). La peli estuvo entretenida y lo pasamos bastante bien. El camino de vuelta fue menos accidentado que el de ida per no por ello más aburrido. Después de cruzar de nuevo el puente tuvimos que pasar por el centro de acogida para indigentes (donde antes estaba la policía pidiendo orden a los señores, que en ese momento descubrimos eran"sintecho"), los cuales aprovechando el calorcito de la noche habían decidido salirse fuera a beber y charlar. En lo alto de la cuesta descubrimos una congregación de putas semidesnudas captando clientes por las aceras. Aceras por las que nosotros teíamos que pasar. Por no dar toda la vuelta decidimos volver a acortar atravesando el Parque de Oeste, interrumpiendo a una señorita que se estaba vistiendo O_o! (Lo sentimos) Luego vimos una cucaracha, nos encontramos una carta con el Diez de Oros (lo que significa que vamos a tener mucho dinero) y llegamos al coche.

miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Cómo es...?


Singapur.

Pues no lo se. He leido mucho sobre el país, (es muy pequeño) he leido sobre el nivel de vida, su historia, costumbres, habitantes... Pero en realidad no se nada sobre él...
Vale inventarselo:
Tiene edificios muy, muy altos, que por el día con de color azul, pero que por la noche son como fuegos artificiales. Las calles son muy anchas y el color gris del asfalto te obliga a guiñar los ojos cuando sales de casa. Hay muchos árboles, parques y zonas donde poder sentarte, pero nadie lo hace porque todo el mundo tiene muchas cosas que hacer y los chinos no se sientan en un banco a tomarse un helado. Puedes ir a la playa en metro. Los supermercados tienen todos los productos colocados por colores. Por las noches las luces de las farolas son amarillentas y en el barrio chino hay callejones completamente a oscuras. Hace tanto calor que puedes comprar granizados de limon ¡hasta en Diciembre! Si vas al cine en bici te regalan entradas para otro día (es una buena forma de fomentar el uso de los pedales). Los sábados dejan abierto los parques toda la noche, y puedes dormir en el cesped. Nada más llegar toda la ciudad huele a mar, tráfico e ilusión. Después de una semana puedes diferenciar cada barrio por su olor... El barrio indio huele a especias, sorpresa y jengibre. El barrio chino a zanahoria, intriga y pescado crudo.... Y así cada zona de la ciudad.

Ya os iré contando más cosas de Sigapur, así lo vais conociendo.

lunes, 2 de agosto de 2010

Mala suelte, buena suelte.


Según he leido en Internet, el siguiente cuento es un cuento popular Sufí. Tengo un libro en casa con "Los cien cuentos de la sabiduría Sufí" y no viene. A mi me lo contaron hace algunos años, y me dijeron que a lo mejor podría haber ocurrido en China. Cada uno que lo ponga donde quiera.


Mala suerte, buena suerte.

Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra.

El vecino que se percató de este hecho corrió a la casa del hombre para avisarle:

-Tu caballo se escapó, ¿que harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?

Dos semanas después, el caballo regresó seguido de una manada de potros salvajes. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:

-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar, ¡qué buena suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?

Unos días más tarde el hijo montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:

-¡Qué mala suerte has tenido!, tras el accidente tu hijo no podrá ayudarte, tu eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.

El hombre, otra vez lo miró y dijo:

-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?

Pasó el tiempo y estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército empezó a reclutar jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al accidentado se le declaró no apto. Nuevamente el vecino corrió diciendo:

-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!

Otra vez el hombre lo miró diciendo:

-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?