
Hoy es un día raro. Y es que no me gustan los días nublados. A veces entre sobresfuerzo y sobresfuerzo aparece un brillo real, una sonrisa que hace que merezca la pena haberse levantado de la cama. Un segundo que compensa los 86.399 segundos restantes del día.
Los pimientos son para comérselos. Pero yo los miro, los huelo (como a D.F.) y los fotografío.
Me gustan los Cronopios. Y en especial uno.
Un cronopio es un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas.
A veces escribo para los demás, y a veces escribo para mi. Este blog empieza a coger color de casa. Y mi casa empieza a coger color de hogar. Huelen las lentejas desde el portal. Las llaves, hoy, no suenan. El silencio, cauteloso, acaricia la piel de los tobillos. Desnudos ya.
1 comentario:
pues a mí me tienes preocupado, que lo sepas.
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