lunes, 10 de noviembre de 2014

30 de Agosto de 2014

Ayer fue un día muy bonito y muy triste.
Dejé de hacer fotos para estar con los enanos.
Me despedí con lágrimas en los ojos y la certeza de volver a verlos.
Apenas he pegado ojo pensando en ellos. Y al final te das cuenta de lo difícil que es ayudarlos a todos. De lo difícil que es ayudar sólo a uno. La escuela es increíble, pero su rango de acción se limita a la escuela. Por supuesto ayudan a las familias que les piden ayuda, pero ya. No hacen un seguimiento activo de los niños. Simplemente porque no tiene recursos para ello “esta comunidad no cuida a sus niños, es difícil para nosotros acceder a sus casa, muchas veces los padres son los primeros que no se preocupan por sus propios hijos”. Y con esta frase tan realista y devastadora dejo Siem Reap y su Treak Village. Con la alegría de haber visto sonreír a sus niños. Con la tristeza de tener que dejarlos así, a su suerte. Y con la certeza de que voy a volver. Seguro.


No hay comentarios: