Hoy no hay cole y eso me pone triste. Los días son breves y
en un acto completamente egoísta, deseo que no haya fin de semana. Hoy los
templos queman y no por el calor, que es terrible, si no por la falta de
emoción al verlos. Por sentirme más que desilusionada, asqueada. Es una
sensación desagradable que solo al entrar por las puertas consigo calmar un
poco. Apenas han salido fotos buenas y el dolor de cabeza no remite. A pesar de
todo, es devastador para cualquier persona pensar en la locura que tiene el ser
humano por adorar a dioses. En Europa tenemos catedrales, hay que estar muy mal
para construir la catedral de León. Y aquí, pues hicieron templos en mitad de la
jungla, perdidos en mitad de ninguna parte y que un día fueron la capital de
alguna ciudad ya destruida por el propio hombre, que respeta más a seres
imaginarios que a sus semejantes.
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