miércoles, 5 de noviembre de 2014

26 de agosto2014 Las bicis y los ricos


Hoy, cincuenta adultos han limpiado sus conciencias. Creen que tienen las puertas del cielo abiertas porque han ayudado a veinticinco niños a montar veinticinco bicicletas que aquí no son para el verano, si no para el cole.

Se trata de una multinacional de esas que tienen un montón de millones y de las que paga muy bien a sus empleados. La empresa los ha alojado en uno de los mejores hoteles de la ciudad, a los cincuenta. Pero sólo han comprado veinticinco bicicletas que, por supuesto, son bienvenidas. Los veinticinco niños que las han recibido no podían quitarse la sonrisa de la boca ni cuando los cincuenta adultos les hacían fotos como a los monos de zoo. Estaban emocionados con sus bicis nuevas, con cesta y doble sillín para llevar a los hermanos. Estaban felices y contrariados de que en el hotel hubiera tanta comida y bebida ¿por ellos?.

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