jueves, 27 de octubre de 2011

Aquí os dejo un texto que aunque no lo he escrito yo, estoy muy orgullosa de sus palabras. ¡Gracias M.A.!

La señora Luisa.

Se fue del mundo en silencio y sin dar ruido, casi de puntillas… imperceptible para el oído, aunque lo llenaba de alegría sin saberlo. Sencillamente por cosas tan simples como que nunca supo dar un problema, a ella le gustaban muchísimo más las soluciones. Y siempre se le ocurría alguna entre su inconfundible sonrisa. Y es que aunque tuviese el pelo blanco… seguía siendo una niña incombustible.

Ella no enseñaba a nadie, predicaba con el ejemplo y es que era la mejor manera de inculcar algo. Si se ve hacer es más fácil, la cosa es que ella estaba más que encantada de ser la primera aunque tampoco le importaba ser la última en ese bien saber que llegan a dominar los ancianos en la cúspide de sus vidas. Pero ella no funcionaba con imposibles, los hacia realidad.

Menuda la señora Luisa que ahora esta con su tocayo recuperando el tiempo perdido. No hubo tanto amor en tan poco espacio, podría escribirse con letras mayúsculas, porque sinceramente no variaría el resultado, porque no importaban los tamaños cuando estaban en el mismo cuarto. Los dos tenían el corazón tan grande que lo increíble era que los contenían en cuerpos tan dispares.

Para nada, porque nada es lo que parece cuando se sabe jugar tan bien a las cartas y se sabe bailar durante toda la vida entera. El brillo es algo que se gana con el tiempo, otros nacen con el puesto. Puede que las estrellas que viven en la tierra son las que después nacen en el cielo o que directamente existen para siempre con una energía inmortal, de cualquiera de las maneras. Me siento orgulloso de haber pertenecido a su historia personal.

Casi todas las abuelas adulan a sus nietos, les tiran flores y ponen adornos con florituras en sus conversaciones, todas tienen alguno que es el mejor en alguna cosa que no importa o tiene menos relevancia de la que se le pueda dar. Yo tengo una abuela a la que nombrar con tantos calificativos positivos que más de uno se moriría corroído por la envidia. Ella en cambio no tenía de eso tampoco. Lo suyo era para los demás, porque había vivido las penurias de la guerra y no se lo deseaba ni a su peor enemigo.

Tampoco tenía de eso, ni conocía su significado. Así de grande era (aunque lo coloco en seis letras, tardaría muchos folios y demasiados árboles en delimitarlo) que nada que no fuese bueno valía para sus planes de futuro. La gente suele vivir una vida con más o menos fortuna, los altibajos existen hasta en Suiza… pero vivir una vida plena con tanta suerte no esta al alcance de cualquiera, porque si eres lo que dejas en el mundo.

Se va de puntillas, pero dejando un legado digno de reyes.

Todos aplauden cuando el mago saca un conejo de la chistera, nadie se da cuenta de que algunas casas la magia no es un truco, si no una vivencia diaria con el peso de una vida a las costillas, ella era una hormiga con corazón de león y voluntad inquebrantable. Además tenía tanta energía que no era normal, ni continua, ni alterna, si la enchufaban a la corriente hubiese fundido media ciudad.

Se me escapa una lectora, mi abuela se va después de dejar todo en su sitio… Queda su leyenda escrita con letras de esas bonitas a la vista, como lo era ella. Una amapola entre los tonos pajizos de los veranos en la mancha. Un toque refrescante en mitad del desierto. Simplemente ella conoce el secreto de la excelencia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

:)

Anónimo dijo...

gracia por saber escribir nuestros sentimientos. Pero siempre estará bailando en nuestras fiestas, no lo olvideis. La música era su perdición. Me los imagino marcandose un pasodoble juntos. Como siempre juntos.
Os quiero. prado