viernes, 28 de febrero de 2014

I wasn't there


Siempre me hizo gracia la historia de mi amigo L- cuando decidió no ir a ver a Nirvana porque total, ya les vería en la siguiente gira y poco después Kurt Cobain se suicidó. Yo nunca he visto a Los Planetas en directo y aunque sé que tampoco es que me esté perdiendo demasiado, no me gustaría que se disolvieran (de verdad) antes de que yo los vea. Una vez llegué a comprar las entradas pero finalmente nos fuimos de fin de semana (en el que yo conocí a D-) y se las quedó N- que fue al concierto con un tripón de 9 meses. Dos días después dio a luz a V- que ahora ya tiene 11 años... no digo más. 
Esta semana se me ha quedado una espinita clavada, de esas para toda la vida. Como la de L- con Kurt Cobain. Ha muerto el más grande guitarrista de todos los tiempos. Puesto que yo ya nunca podré verle en directo (en esta vida) me he propuesto cambiar el título de esta entrada y que a partir de ahora mi vida sea un "yo sí estuve allí". Que no me dé pereza hacer las cosas que me gustan y que si el dinero me lo permite, no dejar de ir a ver a mis actores y músicos favoritos. No desperdiciar más oportunidades de vivir las cosas grandes y bonitas que tenemos. 

La humanidad es una mierda, pero de vez en cuando te cae en lo alto una piedra como esta, que merece la pena guardar en un bolsillo y llevarla siempre contigo.


FOTO: Gili Air, Indonesia, Octubre 2013. 
NO BEBAS COCA-COLA

viernes, 21 de febrero de 2014

Mis problemas...


Mis problemas de concentración me vienen de nacimiento. Debo de ser una de las personas más volátiles del mundo. Sólo necesito una mesa y un libro para no hacer nada en toda la tarde. Soy capaz de completar un puzzle de la Capilla Sixtina de 30.000 piezas en una tarde con tal de no sentarme a estudiar. Y yo odio los puzzles. Me aburren sobre manera. Pero cualquier cosa es mejor antes que sentarse a estudiar. Y cuando digo cualquier cosa es cualquier cosa. Hasta depilarse. Así que no hablemos de ver series de televisión, mirar vídeos en youtube o incluso recoger la casa. Desesperante. Lo sé.
Supongo que es un problema con el que debo aprender a vivir. O a malvivir. Porque con esto del máster no sé qué hacer. La mayoría de los días me voy al café a estudiar para evitar las distracciones. Y de momento voy aprobando todas las asignaturas... el último día a últimas hora, pero apruebo. Y después de esto no tengo intención de volver a estudiar en muuuuuucho tiempo. 
Los domingos son para descansar, no para desesperarse enviando trabajos online.
Otro días os hablo de mis técnicas de estudio como comer un Lacasito por cada página leída.


Foto: Borobudur, Java, Indonesia, Octubre 2013

martes, 11 de febrero de 2014

La Señora de al lado.




Cuando viajas en tren te ves obligado a compartir asiento con gente con la que, de propia voluntad, no compartirías ni los buenos días. Y no es que yo sea una persona que con prejuicios, es que hay cosas que son difíciles de asimilar. Por ejemplo el olor a sudor rancio después de un día (o cuatro) de trabajo de un señor mal afeitado. No es que para mi sea una mala impresión es que es un mal viaje asegurado. O esos chavales con la música a todo trapo. Que yo no soy de juzgar a la gente por sus gustos musicales, pero Reguetón a las 7 de la mañana bien se merece una patada en la boca.
Los peores son los niños. Bueno los peores son lo padres de los niños que gritan, corren y pisan pies por todo el vagón. Recuerdo una vez una mujer que se sentó a mi lado con su hijo en brazos. Yo estaba tranquilamente leyendo (que es lo que se hace en los trenes) y el niño decidió agarrar las hojas de mi libro y arrugarlas. La madre mirando la escena, como si de otro niño se tratara, se limito a mirar hacia otro lado así que ahí me las vi yo con la mierda el niño. Por supuesto arranqué su pegajosa mano de mi libro y me cambié de sitio.
Aquí está de mota (y supongoque en España también) hacerse el dormido para no ceder el asiento en el tren. Durante mucho tiempo me he limitado a mirar a estas personas con cara de desaprobación hasta hace un par de meses que hablando con D- decidimos no dejarnos influenciar por la masa antisocial que nos rodea. Si no eres amable y educado con los que te rodean ¿cómo esperas que lo sean contigo? Así que ahora me dedico a despertar chinos. Con mucha amabilidad golpeo el cristal de la ventana y les digo “Perdón es que te has quedado dormido y no has visto a esta señora”. La verdad que una no sabe si se levantan por la señora o por el susto.

Foto: Java, Indonesia, Octubre 2013.