R- ha tenido una temporada un poco mala, y nunca ha perdido la sonrisa. A veces ha llorado, y otras simplemente no ha podido hablar... pero ahí ha estado siempre dispuesta a tomar un café más por ella que por los demás. Y a pesar del salto cultural hemos sabido malentendernos a la perfección.
La Caballita ha tenido mucha suerte y llega como un regalo, al menos para mí que ya pensé que no la iba a conocer. Y para sus padres, que son dos soles como China de grandes.
Esto me lo llevo a España pronto, muy pronto. Esto y un viaje a Camboya del que ya os escribiré largo y tendido. Cuando pase el caos, la pena y la regla.
FELIZ SEPTIEMBRE
2 comentarios:
El caballo parece un rayo
Cuando pase todo, ya estarás aquí.
Quiero que me enseñes una foto de la Caballita. Qué ternura...
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