domingo, 14 de septiembre de 2014

Tierra firme


Despegar en Singapur fue horrible.
Aunque me voy feliz de irme, los finales siempre son difíciles. Todos. Y en mi caso ha sido un final, muy muy raro, bonito y doloroso. Me voy queriendo volver, es mucho lo que dejo; amigos, lugares, momentos. Cuatro años.
Entenderéis que no mencione la parte de pareja. Hay cosas que es mejor guardarse para una. Pero incluso eso, ha tenido un final digno de los Lilis. Y me lo guardo con todo el amor. Siempre.
Llego con mucha ilusión, cansancio y una maleta llena de experiencias que nunca podré compartir porque por mucho que las explique hay que vivirlas. Llego más mayor, más vieja, igual de tonta.
Aterrizar en Madrid fue maravilloso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Caminante son tus huellas del camino y nada más
caminante no hay camino, se hace camino al andar
al andar se hace el camino y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar
caminante no hay camino sino estelas en la mar.

paz martín dijo...

¡Me alegro que aterrizaras en Madriz feliz, como perdiz comiendo regaliz!. Eso es IMPORTANTE. Ahora que te estoy leyendo estaba liada con mi testamento de miércoles... y te he legado una maceta con hierbabuena. ¡Bienvenida!