jueves, 10 de julio de 2014

El día que yo me muera




Yo no le tengo miedo a la muerte. No me gusta, pero no le tengo miedo. Siempre he sabido que el día que me muera lo sabré: Ya está, este es mi momento. Por eso no le tengo miedo a los viajes en coche por mitad de la India o a los buceos accidentados en Bali. Todavía no ha llegado mi momento.

Mientras, me dedico a recoger las imágenes que quiero que aparezcan en ese instante. Toda mi vida. Voy eligiendo lo que quiero ver en esos últimos momentos así sé que podré disfrutarlo, o no. Porque no todo va a ser bueno. Las imágenes no tienen que aparecer en orden cronológico, eso es para la gente organizada. Y yo, para las cosas importantes no tengo filtros.

-El día que volé a Asturias sola.
-El primer y único concierto de los Teenage Dirtbag.
-Mi bicicleta verde y rosa.
-El día que cogí un coche por primera vez y cuando aprobé el carné de conducir gracias a mi apellido.
-El Portús.
-Pasar el día de San Valentín en el barrio gay de Bangkok.
-Aprobar la asignatura de canto.
-Almería en Navidad y mi hermano bautizando monos.
-Matrícula de honor en la universidad.
-Dormir al raso en las lagunas de Ruidera.
-Aquella vez que en la cafetería de la universidad decidimos coger el coche e irnos a Valencia.
-El atardecer/anochecer en Bagan.
-Dayang.
-Caminar por la jungla de Borneo.
-Cuando Valle era pequeña.
-La abuela la noche que murió el abuelo.
-Mi profesora de Lengua y Literatura y su cajón de madera de pino que me costó perder la guitarra gracias a sus recomendaciones literarias.
-El día que Lupo me regaló las estrellas.
-En mensaje de la Rubia diciéndome que estaba de parto.
-Hacer de hippies en una furgoneta.
-Mi primer novio del cole: Javier H.
-La fiesta en el castillo.
-Quemar la camiseta de Jovenzuel@s en Finisterre.

Seguro que mañana elegiría otros momentos. Y puede que estos no sean los más bonitos o significativos de mi vida. Pero son los que ahora mismo querría recordar.


Hay momentos que te acompañan siempre, aunque no quieras y otros que desaparecen según suceden. Por eso me gusta tanto hacer fotos. Porque aunque no se pueden captar los sentimientos que se viven en ese momento sí se puede guardar ese recuerdo y llevarlo contigo. Siempre.

2 comentarios:

paz martín dijo...

Las personas como tú no se mueren... lo siento (:

Anónimo dijo...

el día que tú mueras yo moriré en la misma playa o en una muy parecida, y llevaré un dibujo escrito en la palma de la mano que signifique tu nombre. porque querré saber de ti cuando el mar se calme