domingo, 18 de noviembre de 2012

Luna de Lunes



Nunca me gustaron las princesas.
Nunca me sentí identificada con ninguna. Ni siquiera con Blanca Nieves.
Lo de los 7 enanitos me daba como mal rollo y encima tener que limpiar para ellos. No le veía mucho sentido al negocio. Tampoco entendía porqué mierda se comía la manzana si apenas 2 páginas antes se veía perfectamente a la madrastra disfrazándose de vieja y poniéndole veneno a la manzana. Podía entenderlo en el supuesto de que Blanca Nieves no supiera leer, pero es que ¡los dibujos no daban lugar a duda!.
Por último un señor que pasaba por allí, por muy príncipe que fuera, o quizás con más motivo siendo príncipe,  ve a 7 enanos llevando a una mujer en un ataúd de cristal y se traga nosequé historia de una manzana y una vieja y blablabla y yo me pregunto ¿Por qué narices besa el cadáver? vale que Blanca Nieves era muy guapa y todo lo que quieras, pero lo que está claro es que los príncipes de la época tenían unos gustos por lo pseudo muerto un tanto inquietantes. Véase la Bella Durmiente.
Y es que las historias de princesas no tenían un sustento racional. Y yo toda mi vida he sido muy de hacer Sudokus. Un príncipe que se enamora de un pescado, un príncipe que es una bestia y se enamora de la sirvienta, un príncipe que monta un casting para buscar esposa y al final se fía de un zapato para encontrarla (lo de que fuera de cristal también es muy fuerte), un príncipe que se enamora el pelo de una loca encerrada en una torre. ¿Cuál de todas ella era realmente princesa? Por eso a todas os cayó bien Letizia Ortiz porque se parecía a todas las princesas de cuento: mindundis con falda dispuestas a lo que sea por el príncipe. ¡NINGUNA! ninguna pertenecía a la realeza, ninguna. Pero eran guapas y ya. Y consiguieron conquistar el príncipe por ser eso, guapas.
Que nunca me haya sentido identificada no significa que no sea guapa. Lo soy, y mucho. Significa que nunca sentí el deseo de pertenecer a la realeza.
A mi me gustaban más historias como los tres cerditos o el sastrecillo valiente. Gente triunfadora gracias a su esfuerzo y paciencia. Seguro que muchos de los protagonistas de estas historias también hacían Sudokus.

Otro día os hablo de las Juan y las habichuelas mágicas, otro sinsentido de cuento.

2 comentarios:

Kramen dijo...

Que les den a las princesas, que a estas alturas los reinos ya no tienen sentido jajaja.

Para guapa tu y ole!, que sabes tocar musica y hacer sudokus jejeje, y nada... esperaré a Juan y sus alubias mágicas.

Pero ya te digo que tus teorias no estan tan disparatadas, todavia no vi a nadie con la sangre azul :D

Anónimo dijo...

Tienes razón, tu siempre fuiste mas de Dartañan y los tres mosqueteros. Los retos son para superarlos, no te puedo imaginar pasiva, esperando que el guapo príncipe venga a rescatarte. Tu estarás al lado del príncipe, espada en mano para derrotar al dragón juntos. Y luego juntos, ir a descubrir nuevos paisajes y vivir otras aventuras. Muchos sabíamos que tu puedes ser princesa un ratito, te disfrazas para un fiesta y puedes dar el pego, pero si hay problemas, te dispones a resolver sin esperar que otros lo hagan por ti.
Pero no quieras engañarnos, eres muy princesa, pero solo para tu príncipe.