martes, 17 de enero de 2012

Lo que sea

En estos días he estado desarrollando algunas ideas que tengo sobre los padres y sus hijos...
La idea surgió estas navidades hablando con mi hermano. Él ha pasado una época regulera y ahora parece que levanta cabeza (esperemos que no se pegue con ninguna estantería, que en mi familia somos proclives a golpearnos contra todo). En la conversación también estaban mis padres, hinchados de orgullo por sus dos querubines, sonreían y asentían mientras comentábamos lo mucho que nos había costado llegar donde estamos. Porque sí que hemos tenido un poco de suerte... pero la suerte se gana trabajando.
Todo esto se mezcló con una escena en la que mi amiga N- le decía a su hija de 9 años "¡estudia mucho!".

No sé que debe sentir una persona cuando sabe que va a tener un hijo (y espero no saberlo) pero supongo que a parte de una gran felicidad, aparecen de pronto un montón de espectativas a cerca de la persona que viene en camino "será sano y fuerte" "Irá al colegio al que yo fui de pequeño" "seguro que le gustarán las gachas de la abuela" "en el instituto tendrá un montón de amigos y estudiará mucho" " será médico, ingeniero, matemático, historiador..."  (A ninguno se le pasa por la cabeza que su hijo pueda ser político) incluso algunos piensan "cómo será la nuera o el nuero"...

Y entonces el niño nace y no es tan sano como pensábamos. Ni tan alto como sus primos. No come bien y en el colegio no se entera de nada. La profesora ha llamado varias veces diciendo "no es que el niño no pueda, es que no quiere" y pasa la primaria por los pelos y entra en la hormonada secundaria. Y entonces eres tú quien le dice a los profesores lo de "no es que no pueda es que no quiere" y en niño (que ya no es tan niño) ya no atiende a lo que le dices y suspende y las lia pardas y te preguntas eso de "qué hemos hecho mal". Entonces llega el bachillerato (si lo hace) y la selectividad (si lo convences) y la carrera (si no te ha mandado antes a la mierda). Los que se no llegan tan lejos encuentran trabajillos, hacen un FP y empiezan a especializarse en cosas que siempre se les dieron bien...

Y entonces todo cambia.

Tu hijo encuentra un trabajo de lo suyo o ha terminado la carrera con buenas notas y está saliendo con una golfa que no sabe peinarse pero lo quiere. Y ya no te importa que lleve el abrigo roto o los pantalones arrastrados, eso que tantas veces habías intentando evitar cosiendo los bajos de todos los pantalones del mundo, ahora te hace gracia. Y estas orgulloso de que su jefe le diga que hace bien su trabajo (aunque sea de camarero) y le abrazas con orgullo delante de tus amigos diciendo eso de "mira que hijo más guapo tengo".
Y ya no importa si es ingeniero, médico o panadero, sólo importa si es feliz.

Así que todos los que tienen hijos, o piensan tenerlos o los tienen en camino:

 Lo que hacen mal los padres es elegir cómo serán sus hijos antes de que nazcan.

1 comentario:

Paloma dijo...

Pero qué lista eres, jodía!!!!!!
Besitossss