miércoles, 23 de marzo de 2011

Bocata de jamón

El sábado estuvimos en la selva. Esto a lo mejor suena impresionante, pero la verdad que pierde mucho cuando puedes coger un taxi en la puerta de casa y llegar a la selva en 10min. Habíamos leido que había un lago donde podías hacer Kayak, pero al llegar alli nos enteramos que aunque el lago era más grande que La Vega sólo podíamos remar en un espacio de 100m. Así que decidimos abortar la misión e irnos a dar una vuelta por "el bosque". Cogimos un camino paralelo al lago. A los 10metros vimos 4 monos. A los 50 metros un lagarto color cobre de unos 20cm... de lo más bonito que hemos visto hasta ahora. Cuando llevabamos 100, vimos un varano de más de metro y medio paseando por entre las hojas...y a los 200m empezó a llover como si se fuera a acabar el mundo.
Por supuesto, desatendimos todas las señanes que te indican que en caso de tormenta abandones la zona de árboles lo antes posible y decidimos seguir nuestro paseo (recordemos que aquí hace calor todo el año y aunque terminamos con TODA la ropa mojada no pasamos nada de frío). Seguimos andando, eso sí, ahora un poco más rápido. El camino era precioso, a un lado, entre los árboles, podías ver el lago salpicando agua por la lluvia y al otro, selva densa. Paramos un momento a escurrir las camisetas (ya estaban chorreando) sonó un trueno y de prontó ZAS! un gran estallido sobre nuestras cabezas. Sinceramente no sé que fue, si un rayo, o una rama que se partió, pero el caso es que nos hicimos caquita y decidimos echarnos una carrera hasta el final del camino. A estas alturas ya habíamos hecho la mitad y nos daba lo mismo desandar lo que llevabamos que continuar, así que decidimos continuar, esta vez corriendo. A los diez minutos dejó de llover y para cuando quisimos llegar al final del camino lucía un sol expléndido (desde que vimos los monos hasta este punto sólo había pasado media hora...) así que decidimos coger un segundo camino que atravesaba la selva hasta otro camino "entre las copas de los árboles". Después de una hora larga siguiendo las señales vimos un cartel que decía que el camino de los árboles estaba cerrado por mantenimiento. En este momento decidimos parar a comernos el bocata de jamón que llevabamos en la mochila. Por supuesto empezó a llover de nuevo. Después de estar más de media hora esperando a que parara, nos fuimos andando bajo la lluvia por un camino que según el mapa nos sacaría de la selva en 3km. Después de una hora (y algo más de 3km) encontramos la salida, cogimos un autobús y nos fuimos a casa a comer galletas Cuetara y echarnos una siesta, que para algo era sábado....

2 comentarios:

Kramen dijo...

Eso si es un buen sabado y lo demas tonteria jejeje

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, pierde mucho encanto lo de ir en taxi a la selva, y poder tomar las galletas en casa para dormir la siesta. O te esfuerzas un poco o no da miedo esa selva. Ni miedo, ni respeto.