domingo, 4 de diciembre de 2016

Vuelta al trabajo

 Y quién me manda con lo bien que estaba yo llorando por ser pobre. Ahora sigo siendo pobre porque aún no he cobrado y, además, lloro por tener una panda de incompetentes a mi alrededor. Maravilloso.
Lo bueno es que me pilla al lado de casa, voy en bici (Recordadme que tengo que arreglar los frenos). 
Una vez más me he metido en un lugar de los de "quién me manda a mí", con todos los trabajos que hay en el mundo, con todos los colegios que hay en Madrid. Pero bueno, al final me lo terminaré pasando bien porque soy tan jodidamente positiva que hasta de una semana de mierda como esta saco algo bueno: robarle a mi padre unos helados del congelador y traérmelos a mi casa.

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