lunes, 30 de septiembre de 2013

Los que llevamos gafas


Los que llevamos gafas sufrimos en silencio.

Gracias a Dios yo nunca he tenido problemas de hemorroides y cruzo los dedos porque así sea mucho tiempo, pero creo que llevar gafas se podría comparar con este incómodo problema que uno sufre sin poder comentar o compartir abiertamente.
Los gafotas somos minoría, pero sólo porque los que no llevan gafas no van a oftalmólogo. Si fueran, llevarían gafas. Casi todos.

Los que llevamos gafas tenemos hiperelasticidad en el cuello porque no vemos por el rabillo del ojo, así que tenemos que girar la cabeza un 30% más que el resto de la gente.

Llevar gafas es una desventaja SIEMPRE. Si quieres hacer deporte tienes que usar lentillas y si usas lentillas tienes que tener cuidado en la piscina o se te secan los ojos al montar en bici o simplemente tus ojos deciden que las lentillas no son para ellos.

Los peores momentos son en invierno cuando hace mucho frío en la calle y entras a un bar y se te empañan por completo los cristales. Es bastante común acordarte del que te vendió las gafas. De él y de su madre.

Ya que tienes que llevar una cosa en la cara todos los días del año lo mejor es comprarse gafas chulas y cambiar de modelo a menudo, al menos puedes hacer de tu sufrimiento un complemento DI-VI-NO.


Sólo hay una cosa que los cuatro ojos odiamos más que nuestras gafas: la gente que lleva gafas sin necesitarlas. A ellos y a los que llevan lentillas de colores sólo les deseamos 8 dioptrías en cada ojo de regalo de Navidad.

Pd: Ponte las gafas para el siguiente vídeo...