domingo, 24 de enero de 2016

La muerte de Abel

"Los martes por la tarde voy a terapia.
No he podido decirlo hasta ahora porque me daba vergüenza.
Todo empezó con la muerte de Abel.
Al principio pensé que era normal.
No dormir, pensar en él, llorar por las esquinas.
Luego la cosa se alargó en el tiempo.
Dejé de comer.
De llamar.
De escribir.
Mis amigos dejaron de invitarme a sus fiestas.
No iba nunca y las veces que lo hacía era una tortura.
¿Cómo podían estar celebrando nada con Abel muerto?
Mi familia intentó todo.
Y al final dejó de llamar también.
La que más sufrió fue mamá.
Sigue sufriendo, supongo.
Después de dos años de vivir en un pozo de destrucción, decidí salir.
Había perdido el trabajo.
El gobierno ya no me daban más ayudas.
Me iban a cortar la luz.
Me dejaron una publicidad en el parabrisas del coche.
“Gabinete de Psicología, especialistas en pérdidas de seres queridos”
Llamé.
Llevo tres meses.
He vuelto a comer.
Duermo algo, pero todavía no mucho.
He dejado de llorar cada día.
La muerte de Abel sigue presente.
Quizás, si no le hubiera empujado por la ventana, seguiría vivo."

lunes, 11 de enero de 2016

Alcohol

"¿Has vuelto a beber? No ¿Qué dices? Hueles a alcohol. No es mío. Ah ¿no? No. Y entonces ¿por qué hueles así? Estuve tomando algo con John. Ya pero si tú no has bebido ¿por qué hueles a alcohol? Besé a John. Varias veces. ¿Cómo? Que besé a John. Bueno, nos besamos. Y me lo dices así, tan tranquila. Pensé que el problema era el alcohol. Ahora hubiera preferido el alcohol. Te has liado con John. No, sólo han sido unos besos. Pero tú no estabas borracha. No. Y ¿por qué lo has hecho? Porque me gusta. Te gusta. Sí. ¿Y yo? Tú también me gustas. Estás de broma. No estoy de broma. Vete a la mierda. Pero que no he vuelto a beber."

jueves, 7 de enero de 2016

Año nuevo, misma vida.


¡Madre mía! ¡Que ya estamos a enero y yo llevo meses sin escribir! Lo que me faltaba, sentimiento de culpa.
Llevo meses sin escribir por falta de tiempo y un poco de ganas, aunque sí que he escrito algunas cosas, el cansancio y el estrés han hecho que sean tan malas, que he preferido no haceros pasar por un horror innecesario.
Lo bueno es que os habéis librado de la entrada pesada de balance de año… Pero, ah, no os creáis tan afortunados, la de propósitos de año nuevo es esta.
2015 ha sido un año en el que he aprendido tantas cosas que a 2016 sólo le pido ser la mitad de emocionante. Así que, aquí va mi lista de proposiciones y deseos para el nuevo año:
Volver a la piscina.
Leer más.
Reír más.
Salir igual.
Dormir menos.
Sonreír más.
Dibujar más.
Montar la web.
Amar más a los que ya amo y a los están por venir.
Escuchar más.
Hablar menos.
Cantar más.
Instalarme de forma definitiva.
Leer más.
Ver más películas.
Salir más al campo. Mucho más.
Bucear más.
Sonreír más.
Llorar.
Escribir más.
Tomar menos ibuprofeno.
Beber más agua.
Y más zumo de naranja.

No recuerdo cuales fueron mis propósitos del año pasado. Y me da igual, porque este año ha sido tan surrealista que aunque no los haya cumplido puedo darme por satisfecha. Me he quitado tantos miedos, he reído, he desmitificado, he pormenorizado, exagerado y dramatizado tanto todo que al final he terminado creyéndome lo que me estaba pasando y sí, queridos, he sido feliz. Muy feliz.
Y sigo siéndolo. Incluso el día que me estreso, que no llego a fin de mes, que me cabreo con mi hermano, que quiero matar niños, jefes y padres, que el tren se rompe, que me duele un pie, que otra vez no voy a la piscina. Incluso esos días he sido feliz de estar donde estoy, de hacer lo que quiero, cuando quiero, como quiero, con quien quiero. 

Pd. Como uno de mis propósitos es montar la web de foto, muy probablemente deje de poner fotos aquí. pero no os preocupéis que cuando esté todo terminado haremos algo especial.