lunes, 10 de noviembre de 2014

30 de Agosto de 2014

Ayer fue un día muy bonito y muy triste.
Dejé de hacer fotos para estar con los enanos.
Me despedí con lágrimas en los ojos y la certeza de volver a verlos.
Apenas he pegado ojo pensando en ellos. Y al final te das cuenta de lo difícil que es ayudarlos a todos. De lo difícil que es ayudar sólo a uno. La escuela es increíble, pero su rango de acción se limita a la escuela. Por supuesto ayudan a las familias que les piden ayuda, pero ya. No hacen un seguimiento activo de los niños. Simplemente porque no tiene recursos para ello “esta comunidad no cuida a sus niños, es difícil para nosotros acceder a sus casa, muchas veces los padres son los primeros que no se preocupan por sus propios hijos”. Y con esta frase tan realista y devastadora dejo Siem Reap y su Treak Village. Con la alegría de haber visto sonreír a sus niños. Con la tristeza de tener que dejarlos así, a su suerte. Y con la certeza de que voy a volver. Seguro.


29 de Agosto de 2014


En la biblioteca, esperando a que los niños termiene un examen recuerdo cuando el otro día le regalé una polaroid a un niño y lo primero que hizo fue mirar las manchas de su camiseta, después, mirar la foto con detalle. Del derecho y del revés.


28 de Agosto de 2014

28 de agosto
Afrontando el penúltimo día de cole con resignación y un poco de pena. Feliz de ver a los niños un día más y de volver con pegatinas en la camiseta (girl-big-pink). Apenas hay tiempo de pararse a pensar en la pena, los enanos siempre están tramando algo para tenernos entretenidos y, por supuesto, nada bueno. Los charcos se conectan entre si en el camino al cole, haciendo enormes balsas de barro rojo donde, si metes los pies se quedarán de ese color al menos tres días. Aunque frotes.

Y los niños aprovechan la arena mojada para construir templos y tirarse bolas bien compactas los unos a los otros. No queda nada para el hasta luego. Para ellos será fácil. Para mi, imposible.

27 de Agosto de 2014


La vuelta al cole es espectacular. Los niños siguen sonriendo como el primer día y disfrutan con cada momento. Con cada juego, en cada situación. Las pompas de jabón a la hora de lavarse las manos son casi obligatorias, tanto como atar muñecos a la cuerda de saltar y lanzarlos desde lo alto del castillo de madera para ver si algún despistado los pesca.
Son éstas las cosas que dan sentido a esta escuela.
Los mayores venían orgullosos pedaleando en sus bicis nuevas, algunos con casco, otros sin él. Y todos llenos de barro después de la lluvia. Niños para los que ayer era la primera vez que montaban en coche y probablemente la última que irán a un hotel de 5 estrellas.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

26 de agosto2014 Las bicis y los ricos


Hoy, cincuenta adultos han limpiado sus conciencias. Creen que tienen las puertas del cielo abiertas porque han ayudado a veinticinco niños a montar veinticinco bicicletas que aquí no son para el verano, si no para el cole.

Se trata de una multinacional de esas que tienen un montón de millones y de las que paga muy bien a sus empleados. La empresa los ha alojado en uno de los mejores hoteles de la ciudad, a los cincuenta. Pero sólo han comprado veinticinco bicicletas que, por supuesto, son bienvenidas. Los veinticinco niños que las han recibido no podían quitarse la sonrisa de la boca ni cuando los cincuenta adultos les hacían fotos como a los monos de zoo. Estaban emocionados con sus bicis nuevas, con cesta y doble sillín para llevar a los hermanos. Estaban felices y contrariados de que en el hotel hubiera tanta comida y bebida ¿por ellos?.

lunes, 3 de noviembre de 2014

25 de Agosto de 2014 La vida perfecta.


23 de Agosto de 2014 Desde lo alto del templo.




Hoy no hay cole y eso me pone triste. Los días son breves y en un acto completamente egoísta, deseo que no haya fin de semana. Hoy los templos queman y no por el calor, que es terrible, si no por la falta de emoción al verlos. Por sentirme más que desilusionada, asqueada. Es una sensación desagradable que solo al entrar por las puertas consigo calmar un poco. Apenas han salido fotos buenas y el dolor de cabeza no remite. A pesar de todo, es devastador para cualquier persona pensar en la locura que tiene el ser humano por adorar a dioses. En Europa tenemos catedrales, hay que estar muy mal para construir la catedral de León. Y aquí, pues hicieron templos en mitad de la jungla, perdidos en mitad de ninguna parte y que un día fueron la capital de alguna ciudad ya destruida por el propio hombre, que respeta más a seres imaginarios que a sus semejantes.