Llevas unos días callada, sombría. No me atrevo a preguntar,
porque no quiero oír tu respuesta. No quiero luchar una vez más con tus
fantasmas, ni contra ellos. Sólo quiero saber qué quieres cenar. Si vas a salir
mañana o si te has probado ya la camisa que te compré. Pero me acerco y te miro
dentro, muy dentro y puedo ver tus monstruos trepando por tu pelo largo. Tan
largo que nunca llegan. Y lo sacudes como haces cuando quieres parecer interesante
y se aferran a tus miedos rubios. No te lo recojas, que se enganchan. Llevas
unos días parada, observando el mundo desde lo alto de alguna montaña que no
conoces porque nadie te llevó a explorarla. Porque tú eres cobarde pero ellos
más. Y sonríes grande cuando te sorprendes y cantas fuerte en el coche. Y aunque
sigas callada y sombría, brillas, como tus ojos y el día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario