viernes, 17 de julio de 2015

El día que llegaste sin avisar.


"¿Cuándo te diste cuenta de que se nos había ido de las manos? El día que llegaste sin avisar. No tenía mucho tiempo. Da igual, teníamos un acuerdo. El problema fue que a mí no me importó. ¿El qué? ¿Qué no llamara? Ni que vinieras. Ya, bueno, no sé era tarde, tenía cosas que hacer y simplemente me apeteció pasar a verte. Pero no llamaste. No llamé. Ese es el punto en el que todo se fue a la mierda, porque tú viniste y yo te abrí. No te dije que te fueras. Accedí. No te entiendo, ya estás con tus cosas. No son mis cosas, son nuestras cosas, es nuestro acuerdo y lo rompimos. Está bien, no volveré a venir sin llamar. Ya no vale. Ya lo has hecho una vez. No pasa nada, no volveré a hacerlo. Pero ya lo has hecho. ¿¡Te quieres callar!? ¡qué más da que llamara o no! Vine sin avisar y a ti no te importó y eso confirma que esto ya no es lo que pensábamos, que ahora hay algo más, que aunque te joda, me quieres. No me jode. Pues reconócelo ya de una vez. Te quiero. Y yo a ti."

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