sábado, 10 de agosto de 2013

Cuando ya no quede nada



Una de las ciudades más increibles que he visitado hasta ahora es Sydney.
Sydney mezcla la elegancia inglesa con acantalidos imposibles y playas de olas gigante.

Excesivamente cara, ostentosa y organizada, mezcla el estilo colonial con rascacielos. Bastante moderna e impersonal en la zona centro, cuidada y caprichosa a las afueras. Parques en los que pasar el día, cafeterías de estilo europeo y librerías.

La definición perfecta de ciudad jardín.


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