Huir de la muerte segura y lanzarse a un viaje de muerte
probable.
Comienza el viaje a México con una reunión en la que delante
de un bocadillo de lomo con tomate se te eriza el vello y te atragantas. Miles
de personas cruzan cada año el país desde Honduras, Guatemala y El Salvador
huyendo de la muerte en sus hogares, las maras, los carteles, droga, deudas,
hambre, hay tantos motivos como migrantes. Algunos cogen el tren apodado La
Bestia, líneas de trenes de mercancías en las que los migrantes se juegan la
vida para cruzar los kilómetros que les distan de la frontera con Estados
Unidos. Otros hacen el viaje a pie. Sólo hay una norma para viajar: no te fíes
de nadie. Las maras infiltran a gente en los trenes y en los caminos, se hacen
amigos de los migrantes, les roban, violan, extorsionan y secuestran. No lleves
apuntado ningún numero de teléfono, menos aún si vas en busca de un familiar en
Estados Unidos, si lo encuentran llamarán a tu familia y les pedirán dinero,
1000, 500, 300 dólares, lo que sea. Apréndete el número de memoria, no des tus
datos reales a nadie, evita coincidir con la misma gente varios días seguidos y
procura no morir antes de cumplir El Sueño Americano.
1 comentario:
Miente m poco, porfa, que tu madre lee esto.
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