Ando un poco despistada últimamente, no sé muy bien qué contaros. Siempre me pasa a final de año. Ya deberíais estar acostumbrados. Se me juntan los sentimientos del año que termina con las ansias del que empieza y así, pues no se puede. Este año me propuse volver a escribir aquí, mantener el gimnasio y meterme a clases de natación y he cumplido los tres objetivos, que, pienso mantener el próximo año y además añadir alguno extra como aprender a depilarme las cejas, aunque se aceptan propuestas.
También me gustaría hacer las doce pruebas de Asterix versión de barrio que consistirán en un reto mensual. Como el de no usar lar redes sociales que hice en el mes de octubre. Aquí también se aceptan ideas, porque la verdad que ando un poco perdida.... tengo algunas cosas en mente: No tomar café, no comer carne, no usar internet... no sé, si se os ocurre algo que sea un reto me lo mandáis y si os animáis a cumplir alguno de ellos avisad, que el apoyo moral siempre es de gran ayuda.
Como muchos sabéis este año ha sido un poco especial, por llamarlo de alguna manera. Han ocurrido muchas cosas, algunas mejores que otras y muy intensas todas ellas. Creo que estoy sobre estimulada emocionalmente hablando y como que en este punto me la suda todo bastante. Me he reencontrado con gente con la que hacía años que no hablaba, y he conocido gente a la que me gustaría haberme encontrado hace años. He redescubierto la infancia y la muerte. He llorado, mucho. Con motivos y sin ellos. Y he reído más.
Me preguntan a menudo que cómo estoy y siempre respondo "Bien, normal" y como hoy me ha dicho C- "Bien no es igual que normal. A no ser que estés bien normalmente". Y creo que sí. Tengo que luchar contra mis hormonas cada mes, y soy muy sensible a los cambios de presión atmosférica. Lloro con facilidad y me afectan mucho los problemas sociales. Pero con todo, me considero una persona que normalmente está bien... y eso, aunque no sea del todo verdad, es una actitud genial para afrontar el 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario