sábado, 21 de marzo de 2015

Mensajes

A veces me escribo notas de amor que escondo deliberadamente en alguna prenda de verano, o en el bolsillo pequeño de alguna mochila.
Mensajes breves como "No te olvides de mí. Te quiero" o "Estos pantalones ya no te valen, pero sigues siendo preciosa".

viernes, 20 de marzo de 2015

Nervios

" - ¿Has traído lo que te pedí?
- Sí, está en la bolsa.
- ¿Todos?
- Sí, y dos más por si acaso.
- ¿Te ha visto alguien?
- ¿Por quién me tomas?
- Vale… perdona, son los nervios ¿Quieres tomar algo?
- Agua.
- ¿Sólo agua? ¿No prefieres una copa?
- He dicho agua.
- Si te vas a poner así no te pongo nada.
- Ya… lo siento, son los nervios."

lunes, 16 de marzo de 2015

Otra de amor


Ahora, justo ahora que no tengo pareja ni ganas de tenerla. Ahora que conocer a alguien me parecería un suicidio y una irresponsabilidad, ahora que no creo en el amor, es cuando más pienso en la idea absoluta de la palabra.

Y es que el amor, señores, es una mierda.
Pero tranquilos, la culpa no es de Nietzsche ni de los test de la Cuore. La culpa es de Hollywood. Porque idealizar el amor es horrible, pero que además nos adornen escenas de celos,  mentiras, inseguridades y demás mamarrachadas como amor, es una vergüenza.

Ya os lo comenté hace unos meses y sigo pensando igual. Pero esta vez añadiré que nos empeñamos en buscar el amor en personas simplemente porque nos gusta una faceta de ellas y cuadrar todas las demás es realmente complicado.
Conoces a alguien en un bar, en la boda de tu prima o en internet. Te gusta, quedáis para ir a cenar y acostaros y os enamoráis como perras. MAL. Esa persona tiene una vida tan compleja o más que la tuya. Tiene padres, hermanos, primos, problemas con todos ellos, adicciones, manías, problemas de salud y mentales, ronca, conduce mal, odia el campo, hace demasiadas fotos, sorbe la sopa… y todo esto lo pasamos por alto porque nos empeñamos en creer que es el amor llamando a nuestra puerta. Y nos casamos, nos compramos una casa y tenemos hijos y de pronto nos damos cuentas de que no soportamos a su hermano, que no hemos conseguido que deje de roncar y que sigue sin gustarle el campo. Y una vez más nos hemos enamorado de la idealización de una persona. De lo que nosotros mismos habíamos proyectado. Pero las consecuencias son devastadoras.

Mi conclusión es que hay que hacerse pareja con un amigo. Alguien a quien conozcas de hace tiempo que sepa tus manías, tus cambios de humor, tus chistes malos, tus pocas ganas de ir al campo y con quien no tengas que fingir que te gusta el skateboard sólo para impresionarle. Vale que igual el sexo no es el mejor del mundo, pero seamos sinceros, después de tres años de relación ¿quién tiene buen sexo con su pareja de forma regular? Al ser tu amigo siempre puedes preestablecer unas normas de convivencia, como lo harías si no fuera tu pareja. Puedes planificar como criar a los niños, o quién hace la compra de forma verbal y vinculante. Y el cariño llegará solo, como el cariño que queda cuando se acaba el amor. Así que buscad a un buen amigo o amiga y sentaos a dialogar sobre la posibilidad de formar una familia o envejecer juntos. Que lo mismo el amor es mejor crearlo que buscarlo.

sábado, 7 de marzo de 2015

Un acto de fe.




Hoy cumplo 30 años (Treinta).
Siempre que le preguntas a alguien qué tal son los 20 o los 30 o los 40 siempre te dicen “esa es la mejor época”. Pienso que simplemente aprendemos a querernos más y a valorar mejor lo que nos rodea. Superar los 20 va a ser complicado. En estos diez años he hecho muchas cosas. Tantas, que no sé si quiero hacer más en los diez siguientes.
Todas han sido maravillosas y tienen una historia delate y otra detrás, y todas ellas están entrelazadas. Nunca hubiera ocurrido la última sin la primera.  Y, aunque hay cosas que me hubiera gustado que no hubieran ocurrido, no me arrepiento de nada.
Recuerdo cuando tenía 20 que imaginaba cómo sería con 30 y os puedo asegurar que en ningún momento se me ocurrió que viviría con unos universitarios en un ático en Plaza de Castilla. No sé, me imaginaba casada, con hijos, un trabajo estable, comer los domingos con mis padres y vacaciones en Mallorca. Y visto así, me alegro mucho de que no se cumplieran mis expectativas. Es cierto que me estoy perdiendo todo lo que mis amigos tienen ahora: sus familias, sus trabajos, sus mascotas… pero a cambio he tenido diez años espectaculares. Diez años que espero no repetir.
Estoy convencida que los que vienen van a ser geniales. En este tiempo he aprendido a reírme de mí y también un poco de vosotros.
Sólo queda tener fe.




martes, 3 de marzo de 2015

Vivir con universitarios.




 Aquí os traigo un resumen diario de mi primer mes de reindependencia. Como muchos sabéis estoy compartiendo piso con varios universitarios y a lo largo de estas cuatro semanas he ido escribiendo mis aventuras y desventuras con estos jóvenes.


Menos mal que febrero sólo tiene 28 días:

DÍA 1:

Se pueden plantar patatas encima de la lavadora.

El baño está sorprendentemente limpio.



DÍA 2:

Ayer hicimos lista de las cosas que hay que pedirle a la casera.

Nadie pidió una cafetera.

Sacadme de aquí.



DÍA 3:

Alguien tiene que explicarle a los niños que más limpiador no significa más limpio.

Ya tengo cafetera.



DÍA 4: 
 








DÍA 5:

El calentador no funciona.

Mañana me voy a duchar a casa de mi hermano.


DÍA 7:

Seguimos sin agua caliente.

He escrito a mi maravilloso hermano al que amo con locura:


DÍA 8:

Hay un agujero negro debajo de la escalera.

Ya hay una plancha, varias cajas, dos farolillos y un niño.


DÍA 9:

Han decidio que en esta casa no se le abre la puerta ni al cartero.



DÍA 12:

 







NOCHE 12:

Ha venido la novia de uno ellos.

Son las 4 de la mañana.

Se les oye en toda la casa.




DÍA 13:

El polvo de por la mañana no se lo salta nadie. 

Da vergüencita.

La pregunta es ¿cómo se le dan los buenos días a alguien a quien no conoces pero que llevas toda la noche escuchando gemir?

Qué difícil va a ser no hacer ningún comentario al respecto tipo: 'hombre, tú eres Marta, te había reconocido por la voz' (guiño, guiño)



DÍA 14:
Dicen que no pasa nada si pisas lo fregao. 
Si oís sirenas soy yo cometiendo un asesinato múltiple.



DÍA 16

 





DÍA 17

La vida social de estos chicos es infinita.

Pueden hablar 14h por teléfono.

No friegan la taza del colacao.



DÍA 18

Tranquilos, yo uso el otro baño...
















DÍA 20

Los macarrones y la pizza deben de ser obligatorios en la universidad.

A veces hago arroz para integrarme.



DÍA 21

Estoy preocupada.

Se ha quedado la novia de uno de los universitarios y no he oído nada en toda la noche.



DÍA 22
 LOVE encontrar estos mensajes por la mañana.

 






DÍA 23

Los estudiantes han decidido que el mejor lugar para dejar la ropa limpia es el tendedero, no el armario.



DIA 24

Estoy fascinada con el apoyo recibido.

 











DÍA 26

La cocina está limpia, los baños están limpios, el salón está limpio.

Algo no va bien.



DÍA 27

El cuarto de baño está más concurrido que la M30.

Sospecho que en casa vive más gente de la que conozco.




lunes, 2 de marzo de 2015

Todos los que vinieron.


 "Hacía mucho que no se veían, meses, quizá años. Tampoco se habían echado de menos. Cada uno tenía su vida. Desde hacía tres años llevaba tatuado su nombre en el pecho, para recordar todo aquello. Nunca lo supo. Y nunca se lo diría. 
Hablaron de aquellas tardes en el museo, recorriendo las salas una y otra vez. Haciendo los mismo chistes de los mismos cuadros. Riendo cada vez más alto al ver lo estúpidos que eran contando las mismas bromas de las que nunca se cansarían. Hacíamos buen equipo, le dijo. Algunas noches también iban al teatro. 
Dejaron de verse de pronto. Podría decirse que sin motivo, pero simplemente se les acabaron las excusas. No llamaron, no escribieron, no hizo falta.

Hacía años que no se veían, quizá meses. No se habían acordado el otro del uno. Pero tampoco se habían olvidado. Eso era imposible. 
-¿Qué tal todo por aquí? 
-Bien 
-¿Hubo más como yo? 
-Sí, muchos 
-¿Qué tal los chicos? 
-Para ellos, todos los que vinieron detrás de ti eran tú. 
-Y para ti. 
-Y para mí."